Elegir al fotógrafo de tu boda

La elección del fotógrafo de tu boda es algo que tiene que ser tan meditado como el vestido mismo de la boda.

Cuando mi marido y yo buscábamos fotógrafo nos encontramos de todo y por supuesto intentas mirar algo que no te toque demasiado el bolsillo. Recuerdo que encontramos una oferta por internet de video y foto que me llamo la atención especialmente por el precio, aunque tampoco estaba súper barato pero incluía foto y video, así que concertamos una entrevista.

Os cuento esto porque es lo que considero yo que es la antítesis de un fotógrafo de boda, y de lo que no quiero ser yo.

El fotógrafo se presento con un álbum de apenas 40 fotos, y puesto que decía que su web estaba en construcción no pude ver ni una foto suya más. Dada las pocas fotos que tenia le pregunte si había hecho muchas bodas y me dijo que 30, cosa que dudo. Lo peor de todo llegó cuando me enseñó un video de una boda, un video que podría haber grabado cualquier familiar, y entonces se puso a criticar la susodicha boda de arriba abajo, que si vaya discurso el padrino, que si vaya vestido la madre, etc. Horror total, me imaginaba al hombre en un futuro con las fotos de mi boda mofándose ante otros posibles clientes. En el video puso canciones no muy románticas o de boda que digamos, como la canción de eurovisión de Rosa o sex boom, canciones que no encajaban nada. Y para terminar el hombre se puso muy pesado intentado colocarme como regalo a los invitados fotografías a precio de oro, no me molesto la sugerencia sino la insistencia llegando al punto de mal educación si no cogía esa opción.

Unos días después conocí al que fue el fotógrafo de mi boda, que diferencia! Un hombre que se notaba que disfrutaba con su trabajo, que no solo era una estrategia tras otra de sacarte el dinero. Y unas fotos que no eran el típico posado, sino la narración de una historia, plasmar en el tiempo uno de los momentos más felices de la vida, contar la historia.

Y así quiero que sea mi estilo, plasmar con una foto un sentimiento más que una pose, y sobre todo disfrutar que dos personas decidan compartir conmigo un día mágico.